Imagen: Gabriela Badillo y Adriana Campos - 68 voces

68 voces, 68 corazones: preciosos cuentos indígenas animados

24 | 07 | 2020

Delicadas animaciones acompañan narraciones indígenas mexicanas, contadas en su lengua original.

“Cuando muere una lengua, entonces se cierra a todos los pueblos del mundo una ventana”, escribió Miguel León Portilla, historiador mexicano. Estas palabras inspiraron a Gabriela Badillo, quien está detrás de la idea original del proyecto 68 voces, 68 corazones, una serie de cuentos indígenas de México, animados y narrados en su lengua original. 

La iniciativa se propone generar una animación por cada una de las 68 lenguas indígenas vivas de México. Lo que buscan las delicadas piezas audiovisuales es difundir la existencia de estos idiomas. Además, se trata de sensibilizar a los espectadores sobre el hecho de que estas lenguas existen solo porque los pueblos que las hacen sonar resisten.

Rescatando una herencia cultural

Gabriela Badillo inició el proyecto después de que murió su abuelo. Originario de Yucatán, de la comunidad de Maxcanú, el abuelo de ascendencia maya no heredó a sus hijos y nietos sus saberes, su lengua, sus leyendas. La falta de interés en aprender y transmitir los saberes indígenas, es un factor que se repite en muchas familias mexicanas. 

Por diversos procesos históricos, sociales y culturales, el valor de las comunidades indígenas vivas ha sido opacado y en muchas regiones del imaginario colectivo, pareciera como si  estos pueblos fueran un asunto del pasado. Además, como bien dice Gabriela “nadie puede amar lo que no conoce”. Y aquí es donde se vuelve esencial un proyecto como “68 voces” para inspirar a quien lo necesite a acercarse a las múltiples culturas que coexisten en este territorio.

Cuando muere una lengua

“Cuando muere una lengua […] sus palabras de amor, nadie alcanzará a repetir”, continúa el poema de León Portilla. Por otro lado, la lingüista mixe Yásnaya Aguilar, pronunció: “ninguna lengua indígena muere en paz”, haciendo referencia a que, cuando se pierde una lengua, es porque sus hablantes no están más en el mundo, pero las circunstancias que los forzaron a no transmitir sus saberes, prevalecen. 

Así, se vuelve necesario que propuestas como 68 voces, 68 corazones colaboren directamente con las comunidades hablantes. Al estar conectado con el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas esto fue posible para el proyecto. El equipo detrás de 68 voces trabajó con adultos mayores de comunidades con lenguas en riesgo y junto a ellos, seleccionaron los cuentos que serían animados. 

Arte para conectar historias de vida

Los mayores no fueron los únicos que se involucraron. Los niños de las comunidades ayudaron a traducir las narraciones de sus abuelas y abuelos en dibujos, que, después, serían utilizados como inspiración por los ilustradores y animadores de 68 voces.

Este ejercicio ayudó a incentivar el intercambio entre generaciones e inspirar un sentido de apropiación de la herencia cultural, especialmente para los más jóvenes. Por otro lado, hacia afuera, los realizadores se aseguraron de involucrar a las comunidades reales en su propia representación. 

Sin anclarse a los lugares comunes, esta representación ha buscado ser muy contemporánea y, como han detallado los creadores, trata de alejarse de los estereotipos existentes sobre los pueblos indígenas que se han cultivado desde afuera. Tal vez conectar con las comunidades desde esta mirada más honesta y a través del arte, permite que la conexión también sea genuina, cambiando paradigmas en los tiempos por venir.

¿Cómo apoyar?

Actualmente 68 voces, 68 corazones ha producido 36 piezas y puedes apoyarlos difundiendo su existencia, como patrocinador para la producción de los siguientes audiovisuales o como traductor. Descubre más aquí

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