Explorar para cambiar la realidad (o la historia de Frederick Catherwood)
Viajero incansable, artista notable y apasionado de la cultura maya, Catherwood y su historia tienen, aún hoy, muchas lecciones que darnos.
La distinción entre el viaje interior y el exterior no siempre es cabal (o incluso acertada). Existen muchos viajeros y exploradores cuyas travesías geográficas implicaron viajes de otra naturaleza e incidieron en la realidad de distintas maneras. Es el caso de Frederick Catherwood (1799-1854), explorador, artista y arquitecto inglés, cuyos viajes al sur de México y América central resultaron en un redescubrimiento de la cultura maya y en un homenaje a su deslumbrante pasado —a través de una colección de hermosos y detallados dibujos de los templos y ciudades en ruinas que visitó.
Catherwood dedicó su vida a viajar y retratar vestigios de culturas antiguas. Antes de conocer el territorio maya, durante las primeras décadas del siglo XIX, viajó por el Mediterráneo, retratando ruinas de antiguas civilizaciones como Egipto, Cartago y Fenicia; también recorrió zonas arqueológicas en Grecia, Turquía y Palestina. En 1836, conoció al escritor John Lloyd Stephens, y tras haber leído el recuento de un recorrido por las ruinas de Copán, los dos decidieron viajar a América y ver los portentosos restos de la antigua cultura maya con sus propios ojos.
En 1839, Catherwood y Stephens llegaron a la zona maya y recorrieron alrededor de 44 sitios arqueológicos, algunos de ellos fueron, entonces, registrados por primera vez por estos dos viajeros. La inmensa mayoría estaban en el olvido, incluso entre los habitantes de las comunidades cercanas, y habían sido devorados por la exuberante selva. De hecho, se sabe que los dos hombres iban preguntando en los poblados cercanos sobre ciudades o edificaciones antiguas, de las cuales se enteraban de boca en boca. El registro de los viajeros tenía una doble naturaleza: Stephens escribía y Catherwood ilustraba con la ayuda de uno de sus instrumentos de dibujo preferidos, la cámara lúcida.
Posterior al primer viaje, Catherwood y Stephens visitarían el territorio maya una segunda vez. De estas travesías resultaron dos libros que, en su tiempo, gozaron de gran popularidad y éxito comercial: Incidents of Travel in Central America, Chiapas and Yucatán (publicado en 1841 tras el primer viaje) e Incidents of Travel in Yucatán (que vio la luz en 1843, fruto de su segundo viaje). Estos best sellers introdujeron el esplendor de la cultura maya, ciertamente olvidado, a Occidente.
Poco después, en 1844, Catherwood (entonces miembro de la Academia Real inglesa) publicó Views of Ancient Monuments in Central America, Chiapas and Yucatán, una obra que incluía 25 espectaculares litografías a color de distintas edificaciones mayas —homenajes hechos con piedra a las piedras que un día fueron parte de un esplendoroso imperio. Una buena cantidad de los dibujos originales de este artista topológico fueron destruidos tras un incendio en un edificio en Nueva York donde estaban siendo exhibidos. Otros más sobreviven en museos y colecciones privadas.
Algunos sostienen hasta hoy que Stephens y Catherwood fueron responsables de recordarle al mundo (al menos a aquel que ellos conocían) la existencia e importancia de la cultura maya, al revelar su portentoso pasado y la belleza de sitios que hoy son patrimonio de la humanidad entera, como Palenque, Uxmal, Chichen Itzá y Tulum, entre muchísimos otros. Tal vez, el nombre de Frederick Catherwood no es tan famoso como debería ser hoy. Poco se sabe de su vida personal, excepto que años después de sus viajes al sur de México y Centroamérica, iría a California durante la llamada fiebre del oro, y que murió en medio del Atlántico, a bordo de un barco llamado Arctic, a los 55 años de edad. Pero a pesar de todo esto, sus lecciones son valiosas aún hoy: su infinita curiosidad y pasión por lo desconocido lo llevaron a celebrar uno de los tesoros culturales más importantes que México le ha dado al mundo: la cultura maya y su historia.
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Gracias al admirable trabajo de exploradores como Catherwood y quienes vinieron después de él, la cultura maya es hoy considerada una de las más importantes y sofisticadas del continente americano —tanto por su enigmático pasado, como por su floreciente presente. Así, hoy existen varias iniciativas dedicadas a la conservación y celebración de este territorio y sus habitantes. Una de ellas es Baktún, una alianza entre diversas organizaciones y personas que buscan conservar el patrimonio de las comunidades mayas actuales, fomentar la transmisión de saberes entre generaciones y proteger el patrimonio que guarda este hermoso territorio.