Lecciones de dibujo (cortesía de Hokusai)
Enseñanzas de un artista que, en su profunda generosidad, compartió no solo su obra, sino también su técnica.
El arte tiene la hermosa capacidad de mostrarnos nuevas perspectivas sobre aquello que nos rodea, sobre nuestro universo cotidiano, sobre eso que vemos todos los días y muchas veces nos pasa desapercibido. El artista educa y nos transforma a través de su obra, siendo ésta extensión y reflejo de sus particulares puntos de vista, de su forma de mirar la vida.
Son pocas las ocasiones en las que un artista devela sus procesos creativos. Cuando esto sucede, se desdobla un acto de generosidad que eleva al artista a la calidad de maestro. Esa fracción técnica, invisible e imprescindible que está detrás de lo que hace es un tesoro para quienes tienen la capacidad de apreciarlo.
Katsushika Hokusai (1760-1849) fue un grabador y pintor japonés que describió, a través de su obra, su visión del contexto cotidiano nipón que habitó. Todo el mundo, aún sin ser experto en arte japonés de los siglos XVIII y XIX, conoce al menos una obra de Hokusai, su trabajo más famoso, La gran ola de Kanagawa (1830-1833). Se trata de una vistosa estampa xilográfica que retrata al monte Fuji, lejano y discreto, al final de un violento mar agitado. La obra de Hokusai fue vasta y variada: retratos humorísticos de personajes de la sociedad japonesa; grabados eróticos; muchos (muchos) paisajes que retrataban al Monte Fuji; así como múltiples ejercicios gráficos de la flora y fauna de su entorno.
Hokusai fue un artista cuyo carisma y bondad lo convirtieron en un personaje muy querido en la escena japonesa de aquel entonces. Uno de sus gestos más generosos fue el de compartir, a través de una serie de publicaciones, su técnica de dibujo. Lecciones rápidas de dibujo simplificado fue un libro publicado en 1823, dirigido específicamente a estudiantes de arte y dividido en tres volúmenes. Cada uno de éstos incluye lecciones temáticas específicas que ayudan a entender y practicar la técnica del dibujo, un quehacer esencial para todo proceso artístico visual.
El primer volumen “traduce” una serie de representaciones formales a simples figuras geométricas, invitando al estudiante a encontrar en cada objeto o cuerpo de la cotidianeidad la geometría que los compone —una especie de esqueleto geométrico que funciona como base para cada dibujo representativo, un origami inverso: pasar de la tridimensionalidad de la vida a lo bidimensional del dibujo.
Entendiendo que el arte no funciona solamente con figuras precisas y que todo volúmen tiene un límite físico (y por lo tanto visual), en la segunda parte de su manual, Hokusai hace énfasis en las siluetas —esa línea fronteriza entre forma y espacio, aquello que nos separa y a la vez distingue formalmente en el espacio. De esta manera, podemos encontrar en cada página, ejercicios de abstracción o deconstrucción volumétrica, por ejemplo de figuras humanas a trazos sueltos y espontáneos de sus siluetas que, a su vez, emulan una especie de escritura, relacionada gráficamente con la japonesa que es una escritura simbólica, un dibujo abstracto a partir de un contorno.
El tercer y último volumen de este ejemplar gesto de bondad y técnica está dedicado a la importancia del trazo; el espesor, velocidad, firmeza y flexibilidad le darán al dibujo una expresión y personalidad distintas en cada ejercicio. El artista presenta, además, una serie de esquemas que ejemplifican el orden en el que cada dibujo fue realizado, y, por si esto fuera poco, combina elementos de esta técnica con la forma de un kanji (letra japonesa), sugiriendo las similitudes que existen entre éstas.
Han pasado casi 200 años desde que este raro ejemplar de Hokusai vio la luz, nacido de la noble intención de comunicar los conocimientos de un maestro a aquellos interesados en aprender a dibujar. La importancia de su existencia es innegable, pero lo es más su dedicado esfuerzo por transmitir, de manera pedagógica, los secretos de su arte. En Lecciones rápidas de dibujo simplificado el artista nos enseña no solo sobre técnicas de dibujo, sino sobre la vida y la generosidad, invitando a preguntarnos ¿de qué sirve el conocimiento si éste no es compartido?