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Los compromisos que el mundo ha hecho consigo mismo en 2021

29 | 12 | 2021

Aunque falta mucho por hacer, el COP-26 ha dejado una buena cantidad de propuestas para frenar el cambio climático.

En 1992, la Organización de las Naciones Unidas realizó en Río de Janeiro, Brasil, una convención conocida como la Cumbre de la Tierra. La intención de este importante encuentro internacional fue poner por primera vez sobre la mesa la necesidad de enfrentar de manera global a un nuevo enemigo silencioso que desde entonces avanzaba a gran velocidad y cuya existencia ponía en riesgo la vida de los ecosistemas del mundo y de la misma humanidad: el cambio climático.

Durante esta cumbre, distintos países trataron temas relacionados con el medio ambiente y con la necesidad de edificar juntos un mundo consciente, limpio y en paz. Los miembros acordaron reducir de inmediato las concentraciones de gases de efecto invernadero y se comprometieron a integrar esfuerzos para reducir de manera sostenida la injerencia humana en el sistema climático de la Tierra.

El éxito de la conferencia fue innegable. Ahí se reunieron más de 170 naciones, organizaciones civiles, expertos de distintas disciplinas, etcétera —todos con el mismo propósito, el de mejorar la calidad de la vida en la Tierra para los seres que la habitan. La reunión fue tan productiva que un tiempo después se acordó hacerla de manera anual. El nombre de esta inmensa convención fue COP cuyas siglas se refieren a la “Conferencia de las Partes”.

La COP-26

Aunque este año se debía realizar la reunión número 27 de la COP, debido a la pandemia hubo que posponer el nuevo encuentro. Para esta edición, se reunieron casi 200 países en Glasgow, Escocia. El objetivo fue hacer la redacción conjunta de un documento en el que se establecieron los compromisos que los seres humanos hacemos con el planeta y con nosotros mismos. Hay que destacar que llegar a un acuerdo final no fue fácil. En esta ocasión, la COP-26 fue el escenario de múltiples debates acerca de qué era lo más urgente, por ejemplo.

Esta vez la conferencia contó con la presencia de más de 50 mil participantes en línea y en persona, y al menos 500 empresas involucradas de manera directa. Durante la cumbre, cada actor encontró un espacio para dar alternativas, debatir posibilidades, hacer alianzas y mostrar que para ganarle al cambio climático hay que luchar en comunidad.

En los días que duró la COP-26 se analizaron los intereses locales, las contradicciones que ha habido en el camino y, sobre todo, las posibilidades para que la voluntad política fluya y los cambios se vuelvan palpables. De acuerdo con lo reportado por la BBC, el momento más importante de este encuentro fue “la mención, sin precedentes, de que el carbón es la principal fuente del calentamiento global y existe el compromiso de reducir su uso”.

La COP-26 dejó clara la importancia de tomar acciones rápidas y vigorosas ante los riesgos a los que nos enfrentamos y también puso sobre la mesa todas las áreas de oportunidad que no se han explorado. Es un avance esperanzador, aunque todavía se requiere hacer mucho más. Al final de la conferencia, un gran número de países mostraron su desánimo por no llegar a más acuerdos. Por esas razones, la COP-27 (que se celebrará en Egipto) enfrentará nuevos retos y enormes cantidades de trabajo: se tiene que llegar al corazón del problema y atacar desde ahí, buscar una igualdad de condiciones entre las naciones y restringir el uso desmedido de nuestros recursos en pos de una vida más cómoda.

Algunos compromisos que no pueden esperar

El documento firmado por las 200 naciones expone de forma clara las acciones que se deben realizar, lo antes posible, para hacerle frente a lo que se viene. Este es un resumen de las decisiones más importantes que fueron tomadas.

*Limitar el aumento anual de la temperatura del planeta a 1.5 grados Celsius.

*Reducir de forma progresiva las emisiones de carbono en el aire. Se le pidió a los miembros acortar los plazos para lograr esto antes de lo previsto. En este punto, Polonia, Vietnam y Chile —tres de sus grandes consumidores— se comprometieron a abandonarlo como fuente de energía. 

*Acabar con los subsidios a cualquier actividad que involucre combustibles fósiles.

*Dar protección absoluta a las comunidades vulnerables.

*Recaudar entre los países miembros 100 mil millones de dólares que estarán dedicados a la lucha contra el  cambio climático.

*Se le pidió a los países desarrollados apoyar de forma inmediata a los países en vías de desarrollo para la mitigación del cambio climático. Esto quiere decir que, en los próximos meses, se duplicará el dinero que se les da a las naciones del tercer mundo para que puedan adaptarse a las nuevas reglas que impone el cambio climático.

*Al menos 100 naciones acordaron reducir las emisiones del gas de efecto invernadero para 2030.

*Estados Unidos y China hicieron el compromiso de cooperar juntos en la próxima década para reducir las emisiones de metano, hacer la transición a energía limpia y comenzar la  descarbonización.

*Un grupo de miembros firmaron el Pacto en Glasgow que centra la atención en el uso desmedido de automóviles y camiones. En este acuerdo se estableció que para 2035 se ponga fin a los motores de combustión interna. Además, 13 países se comprometieron a poner fin a la venta de vehículos pesados impulsados por combustibles fósiles.

*Se firmó la Declaración de Glasgow, una llamada al mundo sobre la acción climática del turismo. La intención de este convenio fue reducir la emisiones globales provocadas por el turismo desmedido a cero, antes del 2050.

*Francia, Dinamarca, Irlanda, Costa Rica y nueve naciones más firmaron la llamada “Alianza más allá del petróleo y el gas”, que pretende poner una fecha para la necesaria finalización de la explotación y extracción del petróleo y gas. Aunque esta iniciativa es todavía pequeña, hay que destacar que es la primera en su tipo y es un gran paso a lo que los humanos necesitan para el futuro.

*Los líderes de los países que cuentan con la mayor cantidad de bosques se comprometieron a frenar la deforestación en el año 2030.

¿Qué falta?

Hasta el momento un buen grupo de asociaciones civiles han emitido comunicados expresando que este esfuerzo, si bien es loable, todavía no es suficiente.

Aún faltan, por ejemplo, claridad en las sanciones si no se cumplen los acuerdos, y también la firma de acuerdos claves de varias de las naciones más contaminantes. Por su parte, para las ONG la iniciativa privada todavía no ha dado el salto a las energías limpias y los gobiernos no han limitado su funcionamiento.

Además, en pleno 2021 todavía hay demasiada desigualdad entre los países, lo cual hace que haya un gran retraso en la adopción de medidas urgentes: mientras prevalezca la desigualdad será muy complicado generar un frente unido a nuestros problemas.

El camino a un mundo sano y próspero no es fácil. Para transitarlo se necesita paciencia, asertividad y acción. Y aunque pareciera que vamos años tarde en esta lucha, la humanidad avanza y aún existen iniciativas y esfuerzos esperanzadores. La clave está en saber que el tiempo se acaba y que el cambio necesario que requiere este planeta para subsistir no solo depende de la COP, también de nosotros mismos y nuestras pequeñas grandes acciones.

Al respecto, las palabras del Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, fueron contundentes: “Basta de tratar a la naturaleza como un retrete”.

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