Imágenes: Rafael Araujo©.

El número áureo (dibujado a mano)

28 | 08 | 2020

Una formulación geométrica en la que se encuentra contenida la estructura perfecta del universo (desde la molécula del ADN, hasta una galaxia entera) representada por el artista Rafael Araujo.

Desde el inicio del tiempo el hombre ha buscado caminos para describir y explicar su vida en el universo —a través de religiones y mitologías, filosofías e ideologías, artes y ciencias. Uno de ellos, quizá el más preciso y extraordinariamente complejo de todas, es la geometría.

Dicho lenguaje matemático, único y universal, nació de horas, días, años y siglos de cuestionar y contemplar lo que nos rodea (hubo un tiempo en el que la contemplación era indispensable para la producción de conocimiento); fue así como el hombre desarmó y volvió a armar su mundo, para comprenderlo y explicarlo. Formas, figuras y patrones geométricos componen armónicamente a la vida que existe en el plano tridimensional que habitamos —una muestra de ello puede ser encontrada en el preciso y hermoso trabajo del artista venezolano Rafael Araujo.

El número áureo, también conocido como Phi ó φ (en homenaje al célebre escultor griego Fidias), es una cifra algebraica irracional (porque su representación decimal es infinita), utilizado para representar la perfecta proporción de dos segmentos de una recta. A grandes rasgos, es un patrón basado en un rectángulo que, circunscrito en sí mismo, se repite con las mismas proporciones hasta el infinito; la unión de sus vértices produce una circunferencia y, ésta a su vez, una especie de espiral que funciona como un patrón reconocible en un sinfín de los elementos que componen nuestro universo —desde una cadena de ADN, hasta la forma de una galaxia entera.

Se adjudica el hallazgo del número áureo a Euclides, durante el periodo griego clásico. Desde entonces, esta fórmula mágica y científica de proporción geométrica perfecta ha sido aplicada en territorios tan amplios que van desde la ciencia, las artes, la arquitectura y muchas otras manifestaciones estéticas humanas.

En algún punto de nuestra historia, específicamente en el siglo XV, un monje italiano llamado Leonardo Pisano y mejor conocido como Fibonacci, decidió (quizá en un intento de integrar conocimiento científico y religión) bautizar a este número como Divina Proporción; hoy se conoce también como la Sucesión de Fibonacci. La justificación de este argumento sostuvo, entre otras cosas, una analogía entre la Santísima Trinidad y los elementos que componen a esta elaborada fórmula geométrica.

Desde el punto de vista pictórico, la proporción áurea implica una composición y una proporción anatómica humana que se acercan a la perfección; El hombre de Vitruvio, de Leonardo da Vinci, es uno de los más conocidos ejemplos.

El trabajo del artista plástico Rafael Araujo es otro excelente ejemplo que describe, de manera poética y procesual el número áureo y su mágica perfección —un ejemplo de la belleza que resulta de integrar dos mundos en uno: el arte y las matemáticas. Con formación en arquitectura, Araujo realiza una serie de dibujos que representan elementos de la naturaleza acompañados de su análisis geométrico dibujado a la perfección. Cada uno de sus dibujos están hechos completamente a mano, sin acudir a herramientas como transportadores, reglas o computadoras.

La maestría y agudeza de su trazo reflejan una forma de ver a la vida. En esa mente imaginativa y estructurada caben caracoles de mar o mariposas volando en una espiral perfecta suspendida en el espacio. Araujo y su labor geométrica, estética y áurea, nos invitan a reflexionar sobre la forma de nuestra existencia universal en un equilibrado y minucioso proceso que mezcla armónicamente mente y cuerpo, ciencia y arte.

Imágenes: Rafael Araujo©.

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