Qué es la atención plena y por qué te sugerimos que la practiques

10 | 04 | 2020

Cultivar la habilidad de mantener la atención en el presente, sin juzgarlo, podría transformar irreversiblemente cada parte de nuestra existencia…

Me he dado cuenta de que el pasado y el futuro son verdaderas ilusiones,
existen en el presente, que es lo que tenemos y es todo lo que hay.

—Alan Watts

El ejercicio de la atención plena implica, simplemente, cultivar la conexión con el momento presente y hacer de ello un hábito. En otras palabras, se trata de permitir que cada cosa que hacemos, por más pequeña o trivial que pudiera parecer, cada pequeño suceso que se nos presenta, sea lo más importante en ese momento y tenga nuestra atención completa.

Se trata, también, de una práctica compartida entre la mayor parte de las culturas y sistemas religiosos del mundo, y está íntimamente relacionada con varios métodos de meditación —como los derivados de la tradición zen y la práctica meditativa tibetana. Hoy, la atención plena es ampliamente conocida y usada en ámbitos como la medicina, la educación y la psicología; uno de sus nombres más conocidos en inglés es mindfulness.

El doctor Jon Kabat-Zinn, director ejecutivo del Center for Mindfulness in Medicine, Health Care and Society de la escuela de medicina de la Universidad de Massachusetts, ha sido uno de los responsables de la propagación de esta práctica en los circuitos médicos más tradicionales de Occidente desde hace varias décadas. Kabat-Zinn la define como el acto de “poner atención de una manera particular: intencionada, centrada en el momento presente y libre de juicios”, una conciencia que nace del simple acto de enfocar nuestra atención. Esto podría parecer bastante simple en un inicio, pero se trata de una habilidad que requiere disciplina y una práctica regular.

¿Cómo practicar la atención plena?

Naturalmente esta habilidad depende en buena medida, como cualquier otra, de ejercitarla. Muchos tipos de meditación, por ejemplo, centran la mente en el presente a través de la atención a la respiración (desde el momento que nace y hasta su muerte, el ser humano inhala y exhala); otras se enfocan en las sensaciones físicas del cuerpo en tiempo real, en el movimiento o en los sonidos que existen a nuestro alrededor. La mente, naturalmente, tiende a distraerse y se inclina hacia el pensamiento compulsivo y obsesivo, pero la técnica consiste en traerla de vuelta sin frustración, sin juicio, una y otra vez. No se trata de no pensar, sino de observar tus pensamiento y regresar.

Con el paso del tiempo y la práctica diaria, la meta ya no solamente es poner nuestra atención en el presente, sino sostenerla así a voluntad. De este modo, el ejercicio se vuelve una costumbre y entonces es posible comenzar a practicarlo de manera inadvertida, resultando en una forma de vida que nos permite mayor conciencia, y la posibilidad de experimentar los momentos de la vida de forma más plena.

Los beneficios de la atención plena

A nivel físico, la práctica de la atención consciente es capaz de desarrollar y fortalecer circuitos neuronales de la misma manera que un músculo se fortalece cuando es ejercitado; es capaz de reducir el estrés, el insomnio, la depresión y la ansiedad; también fortalece de manera radical nuestra la capacidad de atención y concentración. En un nivel menos individual, la práctica de esta disciplina tiene un potencial de transformación comunitaria, pues es capaz de acercarnos a los demás de maneras insospechadas al fortalecer nuestra capacidad de escuchar a los otros sin juzgar, siempre con gentileza, generosidad y compasión.

Existen muchas creencias alrededor de la práctica de la atención consciente que vale la pena cuestionar, como que se trata de una disciplina exótica o lejana a nosotros en término culturales; todo lo contrario, es un ejercicio que fortalece la mente y no es exclusiva de ningún tipo de persona: es una capacidad que todos tenemos, y que se desarrolla en incontables contextos, aunque quizá con otros nombres o, con tal naturaleza, que ni siquiera presume una etiqueta puntual –por ejemplo, la gente de campo, los campesinos, suelen acompañar su vida de este hábito sin siquiera racionalizarlo como una herramienta de desarrollo personal. Finalmente, sus beneficios no solamente se manifiestan en una transformación anímica y emocional, también lo hacen a nivel orgánico (algo comprobable en términos científicos).

La práctica de la atención plena, finalmente, permite un atisbo de lo deslumbrante que puede ser el presente así, tal como es —una lección tan simple como compleja, y tan refrescante como esencial.

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