Sal a Pajarear Yucatán llega a la isla Holbox

10 | 06 | 2022

El programa de observación de aves Sal a Pajarear se extiende por la península de Yucatán gracias a la participación de jóvenes y voluntarios amantes de su entorno natural.

Los pasados 27 y 28 de mayo se llevó a cabo el taller de arranque del programa de Sal a Pajarear Yucatán con un nuevo grupo de niños en la isla Holbox. Esta isla se encuentra en el litoral noroeste de la península de Yucatán, en Quintana Roo, en el último reducto de tierra mexicana que le planta cara al mar Caribe. La isla se une intermitentemente a la península por una barra de arena. La población es parte de la reserva de la biósfera y Área de Protección de Flora y Fauna Yum Balam, y para llegar a ella hay que tomar un ferri que cruza la laguna Yalahau desde el puerto de Chiquilá.

Yum Balam es un área de protección de flora y fauna de más de 1,540 kilómetros cuadrados. Tiene una biodiversidad sorprendente y es hogar de especies en peligro de extinción como jaguares, manatíes, la tortuga caguama y la tortuga carey. Posee una importancia vital debido al ecosistema de manglares que se extiende por su territorio. También resulta un sitio de riqueza invaluable desde el punto de vista de la observación de aves.

Cuando los visitantes descienden del ferri en Holbox, se encuentran con una isla de avenidas y calles de arena blanca. Los vehículos que circulan por estas calles son unos carritos de golf que te llevan por toda la isla. Funcionan como transporte público tanto para las compras matutinas como para las incursiones nocturnas en las playas donde los visitantes se desvelan para apreciar el fenómeno de la bioluminiscencia. Hasta este punto llegaron los integrantes del programa de observación de aves de Sal a Pajarear.

Desde hace algunos años, Holbox se ha vuelto muy frecuentado por turistas nacionales y extranjeros. El turismo se ha convertido en la principal actividad económica de la isla, lo cual ha puesto cierta presión sobre los ecosistemas de la región. De allí la importancia de que Sal a Pajarear, gracias a la contribución de los voluntarios que colaboran en el programa, intervenga en la isla para sensibilizar a las nuevas generaciones sobre la gran biodiversidad que habita la región. El conocimiento sobre la flora y fauna resulta vital para valorar y proteger el patrimonio natural de las comunidades.

¿Qué es Sal a pajarear?

Gracias a su ubicación privilegiada, en la península de Yucatán existen 564 especies de aves registradas, que constituyen el 50% de todo el país. Esto ocurre porque la península yucateca es un territorio donde confluyen el norte y el sur del continente americano y donde se encuentran el mar Caribe y el Golfo de México. Por lo tanto, Yucatán es una región excepcional para la observación de aves donde todavía hay mucho por descubrir.

Sal a pajarear es un proceso vivo de aprendizaje en el que se desarrollan capacidades como la observación, identificación, valoración, colaboración y registro de información: habilidades esenciales para la ciencia y la conservación.  A través de cursos de formación y visitas de campo, los participantes salen a pajarear acompañados de guías para registrar las aves que observan, explorar su belleza y conocer tanto sus características como su hábitat. En el taller con el que se inauguró el programa en Holbox, se trató la importancia de las aves, la ética de la observación, la migración y los principios básicos para una correcta identificación de las especies.

En la actividad de práctica, los niños registraron, recordaron y revisaron un total de 11 especies, entre las cuales estuvieron el escandaloso mosquero elenia copetón, con la base de sus plumas blancas y la cresta un poco despeinada; el pelícano café, que para alimentarse se lanza al mar desde 20 metros de altura y anida en islotes y manglares; el característico y longevo flamenco americano, que puede vivir entre 20 y 30 años y adquiere su color rosa por el crustáceo artemia del que se alimenta; la garza rojiza, de pico rosa con punta negra y cuya alimentación se constituye de peces, ranas e insectos; la tortolita pico rojo, cuyas escamas en la cabeza, cuello y pecho, y su manera singular de menear la cabeza hacia adelante y hacia atrás, la delatan ante el observador avezado. Estas son algunas de las aves que conforman la diversidad ornitológica de la región.

Este taller de Sal a Pajarear surgió de la iniciativa de los voluntarios que ya han tenido grupos de observación de aves en otras comunidades de la región. Con la implementación del programa en Holbox, se pretende preparar a las futuras generaciones para que se formen como guías locales de la naturaleza y observadores de aves.

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