Sobre el arte de poner atención
Por más simple que parezca, el acto de prestar atención no es sencillo en un tiempo como el nuestro. Sin embargo, los beneficios de hacerlo son capaces de transformar nuestra vida.
“La atención es la más rara y pura forma de generosidad”, escribió Simone Weil. Se podría decir que esa generosidad a la que hizo referencia la filósofa francesa no solamente está dirigida hacia otros seres, situaciones y acontecimientos, también hacia nosotros mismos, ya que el acto de poner atención puede transformar nuestra propia percepción y, por lo tanto, la forma en la que vivimos la vida.
Vivimos una era llena de distracciones, y concentrarse de manera profunda y sostenida es complicado (en ocasiones imposible). Estar realmente atentos no es fácil, después de todo, coexistimos con ruidos de toda clase. Además, nuestro presente tiende a los estímulos a corto plazo, lo que ha desgastado nuestro sentido de paciencia —del simple acto de tomar el tiempo para cada cosa.
Por otro lado, aunque parezca que todos nacemos con la capacidad de pensar, percibir, comprender y capturar la realidad, todo ello es parte de un proceso complejo. Como las cosas buenas de la vida, la concentración se necesita cultivar y fortalecer. El cerebro, como el cuerpo, requiere ejercitarse para poder rendir al máximo, y los beneficios de hacerlo solo podrán apreciarse a largo plazo; así también, nuestra mirada más subjetiva y emotiva puede nutrirse de la atención porque esta nos permite percibir cosas que de otra manera no veríamos —baste pensar en la muy particular forma de atención que puede dar un artista a la pieza a la que está dando vida o al objeto de su inspiración.
El arte de la atención (según Simone Weil)
A lo largo del tiempo, han existido diversos pensadores que han reflexionado sobre el poder de la atención. Vale la pena destacar el trabajo de la filósofa francesa Simone Weil, una estudiosa de la existencia, mística y activista política, que dedicó gran parte de su vida a buscar un balance entre el pensamiento y la vida.
Respecto a la atención, el trabajo de la filósofa es fundamental (y hoy más vigente que nunca). Para ella, estar atentos es aprender a contemplar la realidad tal cual es; es la posibilidad de vaciar la mente, hacer a un lado los prejuicios y dejar que lo que vemos proyecte su propia luz. Como ella misma lo afirmaba, es “una mirada y no un apego”.
La atención es tan importante como la vida misma, porque es lo que nos permite capturar y comprender todos los momentos que transcurren. Es la unión entre la imagen y la palabra y es un don que está al alcance de todos, pero que necesita ejercitarse y fortalecerse. Para Weil, la concentración es, además, la facultad de aprender a vaciarnos a nosotros mismos para poder convertirnos en observadores. De acuerdo a esto, cualquier persona que evada la responsabilidad de estar atento, vivirá la vida de manera superficial, sin realmente conectar con nada de una forma profunda.
Sobre la atención plena
La atención plena, también conocida como mindfulness en inglés, es la capacidad de conectar nuestra presencia y atención con el momento presente, sin juzgarlo, y sostenerla así a voluntad. Implica entrenar nuestra mente para que, poco a poco, se acostumbre a darle una atención íntegra a cada suceso que ocurre en nuestra vida. Aunque no es sencillo eliminar los distractores, practicar esta disciplina —difundida, entre otros, por el doctor Jon Kabat-Zinn— nos permitirá fluir en el presente —algo capaz de transformar nuestra vida entera, al observar con delicadeza y concentración lo que sucede a nuestro alrededor y dejar de lado el ruido de la cotidianidad.
Una de las maneras más directas y también placenteras de practicar la atención plena, es crear el hábito cotidiano de meditar a través de ejercicios simples como concentrarnos en nuestra respiración; en el sabor de lo que comemos; los colores de lo que observamos y en nuestras sensaciones físicas en general, convertirnos por un momento en espectadores de lo que nos pasa y desde ese lugar mantenernos enfocados.
Este proceso de transformación mental ha encontrado su lugar en una gran cantidad de iniciativas, disponibles para todos, que pueden guiarnos en el camino. Un gran ejemplo de esto es Global Intention, una iniciativa que, a través de cursos, charlas y meditaciones guiadas, nos invita a elevar nuestra frecuencia colectiva y a concentrarnos juntos para encontrar la compasión, la empatía y la sanación que son origen de una vida plena y sosegada.
La atención y el desarrollo cognitivo
El desarrollo cognitivo podría definirse como el conjunto de transformaciones que suceden a lo largo de la vida en nuestros procesos de aprendizaje que, de hecho, requieren distintos niveles de atención. De acuerdo a un estudio realizado por la Universidad Autónoma de Barcelona, tener una noción de cómo evoluciona nuestra capacidad de captar nuevas cosas (aprender), nos permitirá, en una última instancia, estar atentos a lo que es realmente importante y, precisamente, aprender a poner atención.
Nuestros procesos mentales han sido ampliamente estudiados por muchos especialistas a través de distintas disciplinas alrededor del mundo. Sin embargo, para comprenderlos, viene al caso mencionar a uno de sus pioneros, Jean Piaget, un epistemólogo suizo que dedicó gran parte de su vida a investigar y clasificar las etapas de aprendizaje durante la infancia. Para el investigador europeo, los niños son esencialmente científicos que tratan que interpretan al mundo a través de una metodología. Al relacionarse con el ambiente, crean sus propias reglas para estudiar y retener en la memoria lo que los rodea. Tienen su propia lógica y, según la edad en la que se encuentren, organizan el conocimiento. Tal vez, este proceso podría emularse por la mente adulta, y para hacerlo es necesario prestar atención a cómo percibimos lo que sucede alrededor de nosotros.
De los 2 a los 12 años, los seres humanos adquirimos las herramientas necesarias para esclarecer símbolos, hacer operaciones mentales, clasificar y conservar lo que sucede. Por eso es importantísimo dar a los niños y niñas las herramientas necesarias para concentrarse durante sus primeros años.
***
Visto desde cualquier ángulo —ya sea desde un lugar científico o desde un punto de vista filosófico y espiritual—, el acto de poner atención tiene grandes beneficios para nosotros a muchos niveles. Pero no solamente eso, prestar atención a lo que sucede cerca de nosotros, ese acto generoso del que habló Simone Weil, puede ser también uno de los actos más enriquecedores y placenteros, pues es la posibilidad de encontrar la poesía de la vida en cada rincón y aprender de ella.