Urdir alianzas para el cambio global
Ana Lilia Esquivel, quien forma parte del equipo de facilitación y mediación de La Vaca Independiente, nos explica qué son los Objetivos de Desarrollo Sostenible y cómo LVI está comprometida con su cumplimiento.
¿Qué se pretende con los Objetivos de Desarrollo Sostenible?
Estos objetivos se sitúan en un marco más grande: la Agenda 2030. Esta agenda surge de la necesidad de un cambio de paradigma a nivel global. En realidad, esta agenda comienza en el 2000, cuando el mundo considera diversas problemáticas o fenómenos como la pobreza o la desigualdad, que son temáticas que han acompañado a la humanidad desde hace siglos. En el 2000, se crean como antecedente los Objetivos del Milenio: entonces se trataban únicamente de ocho objetivos. Incluían temáticas de fenómenos como la pobreza y la desigualdad, pero eran objetivos que tenían un sesgo económico. En realidad, lo que el orden mundial buscaba con estos objetivos era hacer cambios solo en el ámbito económico. Así estuvieron regidos hasta 2015.
¿Qué cambios se introdujeron en 2015?
A partir de entonces, hubo un proceso de entendimiento: no solo es lo económico, no solo es medir el producto interno bruto de cada una de las naciones y diferenciar entre países en desarrollo y países en vías de desarrollo, sino que la cuestión va más allá de eso, necesitamos incluir el tema de la naturaleza y el tema social. Entonces, ya allí había una cuestión más integral. En ese sentido, en 2015 empieza la inclusión de un enfoque relativo a las llamadas capacidades, una perspectiva surgida en parte de la propuesta de un economista Premio Nobel: Amartya Sen. Estas capacidades tienen que ver precisamente con el desarrollo humano, y esto es algo que podemos conectar con el trabajo de La Vaca Independiente (LVI), porque desde las entrañas de La Vaca el desarrollo humano integral también estaría conectado de manera teórica a ese desarrollo de capacidades. Esa inclusión de una visión de desarrollo humano transformó esos Objetivos del Milenio a lo que ahora pasaron a ser los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Pero no solo fueron estos objetivos, sino que hay algo más grande: la Agenda 2030.
Ahora hay un enfoque con tres principios: universalidad, integralidad y no-rezago. En el caso de la universalidad nos referimos al alcance: por ejemplo, una problemática universal es el cambio climático, un fenómeno que no reconoce fronteras ni clase social, sino que más bien es un problema universal. El segundo principio, la integralidad, determina que los enfoques económico, social y ambiental estén conectados y no atendamos problemáticas o fenómenos a nivel mundial de forma desconectada. El tercer principio que rige esta agenda tiene que ver con que nadie se quede atrás.
¿Qué alcance tienen los Objetivos de Desarrollo Sostenible?
Los ODS son mundiales, pero cada país es libre de adecuarlos a sus políticas públicas, a su contexto histórico, geográfico y económico. También pueden perfilar su aplicación de acuerdo con sus intereses. Por ejemplo, habrá naciones en donde algunos problemas sean más agudos que otros. Y es ahí donde justamente un objetivo se puede definir con mayor fuerza, con mayor rigor. La Agenda 2030 puede ser también considerada como disruptiva en el sentido de que está abierta a la innovación, son cosas que uno va creando también y que los distintos sectores pueden llegar a proponer. En este sentido, rompe con el hecho de que se acaba un periodo del gobierno federal, municipal o estatal y ya no continúan los proyectos. Normalmente, los programas son así, cada quien llega con un programa y ya no hay continuidad. La Agenda 2030 busca romper eso, busca ser algo que tenga continuidad. El hecho de que aparezca la Agenda 2030 dentro de la legislación implica la obligatoriedad del cumplimiento de estos objetivos.
¿Quiénes son los agentes responsables de cumplir con estos objetivos?
Existe una diferencia al respecto en relación con los objetivos de desarrollo mundial del 2000, que estaban enfocados en los países en vías de desarrollo. Ahora, con esta universalidad, integralidad y norma de no-rezago, también los países desarrollados están obligados a cumplir estas metas, objetivos e indicadores. En este sentido, creo que estos tres principios de la agenda justifican perfectamente la creación de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, los cuales cubren estas temáticas sociales, ambientales y económicas en diversos ámbitos. Otra cuestión que se ha destacado, a partir de la reunión mundial de Río+20, es que ahora se busca el involucramiento en una visión holística o sistémica de diferentes sectores; antes, todo se delegaba a los gobiernos de cada nación, ahora vamos a incluir a la academia, al sector privado y a la sociedad civil. Desde mi perspectiva, es completamente acertado que estos actores estén involucrados.
¿Cómo se vincula el trabajo de La Vaca Independiente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible?
LVI está trabajando con una visión sistémica. La Vaca atiende cuestiones de educación, pero no ha dejado de lado atender a comunidades vulnerables y problemas ambientales al mismo tiempo. Aquí aparece la conexión de todo esto con LVI en términos de facilitación: LVI es formadora de formadores.
Uno de sus objetivos es precisamente la formación a través del desarrollo humano integral. LVI también es generadora de espacios de diálogo, de reflexión, para otros actores. Es precisamente ahí donde juega este rol de generar alianzas y que yo conectaba con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 17, que tiene que ver con estas alianzas. Es importante decir que los avances que se han hecho en cada uno de los objetivos de desarrollo no solo han sido categorizados a nivel nacional, sino que tienen que ver con el trabajo que se ha hecho desde abajo o trabajo que se ha hecho desde lo local, que sube a los distintos niveles de cada nación, pero que además está de alguna manera contextualizado en su aplicación.
¿Cómo se consigue establecer alianzas en este tipo de espacios?
En esos espacios puedes conocer a alguien que esté trabajando lo mismo que tú o temas similares, y que estaba fuera de tu ecosistema. Creo que eso también es una característica de La Vaca en términos de facilitación y en términos de la generación y el fortalecimiento de alianzas de aprendizaje mutuo. Nosotros, en mediación pedagógica, decimos: el mediador no es el centro de la clase; cuando estamos dando alguna sesión, entre todos construimos la clase y todos aprendemos de todos. Creo que ese proceso también siempre está acompañando a La Vaca Independiente y a quienes formamos parte del grupo de facilitadores y mediadores.
¿Cómo ha contribuido La Vaca Independiente a la generación de estos espacios de diálogo y formación de alianzas estratégicas?
Ha contribuido generando espacios de diálogo con diversos actores. Nosotros no estamos en un ámbito específico cerrado. La Vaca no solamente ofrece sus servicios de facilitación al medio educativo, sino que también ha ampliado ese espectro y ha llevado los espacios de facilitación a organizaciones de la sociedad civil y el sector privado. Además, ha participado en espacios de facilitación en donde están presentes todos los actores. A mí me ha tocado vivir estos procesos en dos casos con diversos sectores de la sociedad. En estos espacios, la función de La Vaca no solamente es facilitar el espacio en sí, sino crear las condiciones que promuevan estas alianzas estratégicas.
En ese sentido, creo que el rol de LVI va más allá de la facilitación: va en el sentido del desarrollo humano integral, porque va creando las condiciones necesarias en el individuo para llegar a ese espacio de plenaria. Nuestra tarea consiste en romper los modelos mentales en el proceso de entendimiento de cada una de las posturas. La cuestión es llevar a los actores a un espacio donde el diálogo generativo puede destacar. La Vaca ha sido responsable de generar esos espacios con un cuidado detallado.
Por Gerardo Alquicira y Salvador Ponce.