Ciencia colaborativa: contribuye desde casa con fascinantes programas científicos
por: la vaca independiente
12 | 04 | 2020
Las circunstancias actuales nos han obligado a un aislamiento que muchos no acostumbramos. Quedarnos en casa implica una nueva forma de percibir el tiempo, el espacio e, incluso, de vernos a nosotros mismos. También ha resultado en nuevas maneras de interactuar con el mundo, con las demás personas y con esta realidad tan novedosa y desconcertante que toma forma ante nuestros ojos y cuyas consecuencias a largo plazo apenas vislumbramos.
La gran cantidad de tiempo libre que tienen millones de personas a causa de la cuarentena ha generado un inesperado y encantador fenómeno: el involucramiento de la sociedad civil en proyectos colaborativos de ciencia. Desde febrero de 2020, miles de voluntarios alrededor del mundo se han inscrito en programas científicos y están dedicando tiempo desde casa a participar en ellos.
La ciencia es uno de los mayores tesoros de la humanidad. Es una de las herramientas que el ser humano ha desarrollado para conocer el universo que habita, los seres con los que lo comparte y, finalmente, explicarse su propia existencia. La generación de conocimiento científico es, en esencia, un acto colaborativo. La ciencia tiene, sin lugar a dudas, un potencial de reintegración y concienciación, de fascinación y, también, de evolución colectiva. Es precisamente este principio el que ha impulsado iniciativas como Sal a pajarear, de la Fundación Claudia y Roberto Hernández, un proyecto que invita a algunas comunidades mexicanas —en particular a los jóvenes— al estudio y observación de las aves que habitan su entorno, para así promover una ética asociada a la conservación natural.
En las últimas semanas, los habitantes de todo el planeta hemos atestiguado cosas nunca antes vistas, algunas desgarradoras y otras que han nacido de la solidaridad, la generosidad y el sentido comunitario. A continuación, cinco inspiradores proyectos que han reunido a la ciencia y a la sociedad de formas insólitas:
Cientos de años de registro climatológicos son transcritos
En el Reino Unido, el científico Ed Hawkins convocó a las personas que están confinadas para que lo ayuden a transcribir más de un siglo de registros climatológicos de su país. Este profesor, experto en climatología del National Center for Atmospheric Science de la Universidad de Reading, pensó en todas las horas de tiempo libre que actualmente tiene la gente e ideó una manera de darles utilidad: Rainfall Rescue. La misión es digitalizar datos sobre las lluvias que, antes de la década de 1960, eran registrados a mano. Miles de ciudadanos se convirtieron en científicos desde casa ante el llamado de Hawkins.
Para los amantes de los pingüinos
El proyecto Penguin Watch solicita ayuda del público en general para examinar fotografías capturadas cerca de colonias de estas aves. La idea es que las personas revisen, desde casa, las imágenes captadas, indiquen si los pingüinos aparecen en ellas y, así, se conviertan en una especie de detectives ornitológicos en línea. Esto ayuda al proyecto y a los científicos que lo crearon a medir las poblaciones de estas aves y a seguir sus movimientos para entender mejor su vida y el medio en que habitan.
Ayuda a hacer un mapa del cosmos
La complejidad y vastedad del universo, su carácter majestuoso, siempre son capaces de poner cualquier problema en perspectiva. Para los amantes del cosmos, también existe la posibilidad de convertirse en científicos desde casa. Galaxy Zoo 2 está formando un equipo a través de su página web para que astrónomos aficionados (con su telescopio casero) ayuden a clasificar millones de galaxias. Esto contribuirá al desarrollo de estudios que buscan describir de una forma más detallada la naturaleza de nuestro universo.
Medir el ruido de Nueva York
Las ciudades, aunque a veces lo olvidemos, también están hechas de sus sonidos y, muchas veces, estos pueden convertirse en contaminación auditiva. Hasta ahora, aproximadamente 2,000 habitantes de la Gran Manzana se han unido a un proyecto para registrar los sonidos de la ciudad como parte de SONYC. Este proyecto se centra en el monitoreo y la mitigación del ruido urbano. A quienes participan se les pide que identifiquen y clasifiquen los sonidos. Hasta el momento, se han distinguido 64,131 sonidos distintos.
Muéstrale al mundo el micro ecosistema de tu jardín
La vida florece con discreción hasta en los rincones más inadvertidos del mundo. Existe un proyecto en el cual se puede participar desde casa o, mejor dicho, desde el jardín (para quien tiene uno): iNaturalist. Consiste, sencillamente, en levantar una piedra o inspeccionar un rincón, en explorar el jardín o el patio y enviar fotografías de los animales y plantas que lo habitan. Se trata de un proyecto conjunto entre la National Geographic Society y la California Academy of Sciences. Las imágenes son revisadas por científicos, y la información resultante se envía a bases de datos de biodiversidad.