La naturaleza es medicina: sobre la herbolaria maya
Las propiedades curativas de las plantas son apreciadas y utilizadas hasta el día de hoy en el mundo maya.
En su preciosa discreción, las plantas son silenciosas portadoras de sabiduría. También han sido, desde tiempos inmemoriales, parte de las tradiciones medicinales de los pueblos que viven cerca de ellas, y un elemento esencial de sus mitologías y cosmogonías. Es el caso de las comunidades mayas en donde, hasta el día de hoy, se utilizan varias plantas con fines curativos y terapéuticos —una costumbre que ha sobrevivido, como un tesoro, el paso del tiempo.
Existe una gran cantidad de referencias al uso de la herbolaria como método de curación por parte de las culturas mayas desde la época prehispánica; muchos expertos, incluso, rastrean estas prácticas en la cultura olmeca y plantean que se trata de una herencia que es aún más antigua que la cultura maya misma. En el Chilam-Balam, uno de sus libros religiosos capitales, se hacen varias referencias a enfermedades, calamidades, curaciones y plantas medicinales, por ejemplo.
Para los mayas, la enfermedad estaba íntimamente relacionada con cuestiones morales y, por lo tanto, religiosas; la salud implicaba la búsqueda de un equilibrio personal y social. Los practicantes de su medicina, además de usar hierbas para curar, utilizaron otros métodos, que incluían sanguijuelas y el punzado con espinas de animales y plantas. Este saber fue castigado durante la Conquista pero, también, fue registrado y conservado por cronistas, misioneros y frailes europeos —uno de los libros más importantes del periodo poscolonial sobre las tradiciones mayas es la Relación de las cosas de Yucatán, de Diego de Landa.
La sabiduría vegetal maya se ha ido heredando de generación en generación, y es común entre las comunidades de la actualidad sembrar las plantas curativas en huertos caseros. Así, se trata también de un conocimiento médico vinculado con la milpa como sistema productivo, con relaciones sociales milenarias de ayuda mutua y con las manifestaciones culturales que forman la identidad de estos grupos, sus tradiciones chamánicas y la recolección ritual de sus plantas medicinales.
Algunas de las hierbas medicinales más utilizadas por lo pueblos mayas son el toronjil (Melissa officinalis), el maguey morado (Tradescantia spathacea), la hierbabuena (Mentha piperita), el chocho o manzanita (Malvaviscus arboreus), el estafiate (Artemisia mexicana), la sábila (Aloe vera), la ruda (Ruta chalepensis), el achiote (Bixa orellana), la hierba del sapo (Epaltes mexicana) y el limón (Citrus aurantifolia), que se utilizan tanto en infusiones como en baños, remojos de pie y en aplicaciones cutáneas. Estas se mezclan con alcohol o miel, por ejemplo, para convertirse en ungüentos y lociones para tratar afecciones como el dolor de cabeza, las bronquitis y otros padecimientos respiratorios, presión alta, diabetes y problemas cutáneos, entre muchos otros.
Este invaluable cúmulo de sabiduría corre gran riesgo en la actualidad, por diversas razones. Por esto, es de gran importancia su conservación, celebración y difusión, algunas de las metas esenciales de la Iniciativa Baktún, un proyecto que, desde 2012, trabaja al lado de diversas organizaciones para preservar a la cultura maya (una comunidad viva) y su herencia al mundo que habitamos.