La economía circular del plástico: un par de sus ideas y claves para lograrla

02 | 09 | 2024

El plástico es uno de los materiales más versátiles que los seres humanos hemos inventado, pero también se ha vuelto un problema. Lo bueno es que para casi cada problema hay al menos una solución.

Vuela a los cuatro vientos una frase que no por conocida es menos lapidaria: para el 2050 podría haber más plástico que peces en el océano. Los plásticos son materiales dúctiles y versátiles; sin embargo, la forma en que los usamos es un derroche. La mayor parte del valor del material se pierde después del primer uso porque nuestro sistema lineal de empaquetado está fracturado: operamos bajo una lógica de extraer, producir y desperdiciar, esto resulta en los vertederos y cordilleras de basura que todos hemos olido o visto y que nos ofrecen una visión desoladora de nuestro futuro como especie. Estos residuos también pueden terminar quemándose o, en el peor de los escenarios, pueden ir a parar a los ríos, playas, océanos y selvas.

 Si esta dinámica continúa, para 2040 el volumen de plástico en los mercados mundiales se habrá duplicado y el flujo de plástico a los océanos habrá triplicado su volumen. Limpiar los océanos y tomar medidas paliativas de reciclaje no será suficiente para enfrentar el impacto. Es necesario cambiar el enfoque hacia la innovación y los modelos comerciales que eliminan los residuos del ambiente, mantienen los materiales en uso, y protegen y restauran nuestro medio ambiente: necesitamos una economía circular para los plásticos.

La economía del “todo adentro”

La economía circular es un sistema donde los materiales no se convierten en desperdicio tras sus primeros usos y la naturaleza se regenera. En una economía con estas características, los productos y materiales se mantienen en circulación a través de procesos como mantenimiento, reuso, reacondicionamiento, remanufactura, reciclaje y composta.

 En muchos campos de la industria, como el de los plásticos flexibles para alimentos, hoy en día existe un sistema productivo que termina cuando el consumidor abre el empaque y aprovecha su contenido. Sin embargo, en ese momento el envase se convierte en un desperdicio y no tiene ningún uso. En otras palabras, el sistema productivo no tiene su correlato en el manejo de los residuos ya que no existe un sistema para gestionarlos. El propósito de la economía circular es mantener una serie de sistemas interconectados de manera que estos residuos no salgan del sistema y continúen su ciclo dentro de la economía tanto como sea posible. Esto mismo puede aplicarse a las industrias que se relacionan con los plásticos. 

 El escenario es complicado, pero tenemos ejemplos de éxito y es por ello que cada vez más comienza a hablarse de la economía circular. Esta perspectiva de la producción y la circulación de los materiales en las cadenas de valor ataja el cambio climático y otros desafíos globales como la pérdida de biodiversidad, los desechos y la contaminación al desacoplar la actividad económica del consumo de recursos finitos. Estos temas son centrales para la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. No queremos empaques que se conviertan en desperdicios tras su primer uso. El reciclaje es importante, pero no podemos depender solo de él para evitar la contaminación por desechos de plástico, es preciso ampliar la lógica de la producción lineal.

Un camino que se abre

Según la Fundación Ellen Macarthur, para el caso de los envases de plástico la creación de una economía circular implica seis pasos:

  1. Eliminación de envases de plástico problemáticos a través del rediseño, innovación y aplicación de nuevos modelos de entrega. Hay productos que pueden entregarse a los consumidores sin recurrir a los empaques y envasados en primer lugar. 
  2. Aplicar los modelos de reuso donde sea necesario para reducir los envases de un solo uso. Al elaborar contenedores reutilizables, tanto el empaque como el valor agregado en él permanecen en la economía.
  3. Todos los envases de plástico deberían estar diseñados para ser reutilizables, reciclables o compostables al 100%.
  4. Todo el plástico de envasado debe reutilizarse, reciclarse o compostearse en la práctica. Los basureros, la incineración y la conversión de residuos son lineales y a menudo también contaminantes. Tratar los residuos y mantenerlos en las cadenas de valor económicas implica la instalación de una infraestructura adecuada que en muchos casos aún no existe. Por ello, es importante que tanto los Estados como la iniciativa privada trabajen juntos y cooperen en la creación de la normatividad, los incentivos y la instalación de la infraestructura circular
  5. En la economía circular, el uso del plástico está desvinculado del consumo de recursos finitos. Esto implica que tanto las materias primas con que se producen los envases —solo aquellos estrictamente necesarios— sean biodegradables y que la energía empleada para producirlos sea renovable. 
  6. Todo el plástico de envases debe estar libre de químicos perjudiciales y garantizar la protección a la salud, respetando los derechos de todos los involucrados. Se requiere mayor investigación y transparencia sobre los materiales con que se producen los envases y sus efectos en la salud. 

En síntesis, tenemos que eliminar el plástico que no necesitamos. Y tenemos que innovar, de manera que el plástico que sí necesitamos esté diseñado para ser reciclado y sea reutilizable. De acuerdo con esta agenda impulsada por la Fundación Ellen Macarthur, todo lo que usamos debe estar inscrito en un ciclo que deja casi nada o nada fuera de él; tenemos que asegurarnos de que el plástico que producimos permanezca en la economía y nunca se convierta en desperdicios o contaminación. 

Te invitamos a aplicar algunas medidas que todos y todas podemos tomar como consumidores, pero, sobre todo, como seres humanos conscientes del delicado equilibrio de nuestro mundo. Entérate de ellas aquí.

La Vaca Independiente se involucra en los procesos de entendimiento sistémico y co-creación para mapear las cadenas de valor necesarias en el tratamiento de los plásticos flexibles en México. Conoce más aquí. Colaboramos con Ecoce en la facilitación de sesiones de diálogo que nos conduzcan a realizar un mapeo completo del sistema de los plásticos flexibles en nuestro país. Conseguir un cambio requiere de capacidades técnicas y productivas complejas, pero también de un trabajo colaborativo entre diferentes actores sociales.

¿Es posible construir una economía circular para los plásticos flexibles? En La Vaca Independiente creemos que sí es posible a través de la co-creación y la inteligencia colectiva. Descúbrelo aquí.

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