Revistas electrónicas para promover el cuidado colectivo e individual
Estas iniciativas independientes proponen el cuidado, personal y comunitario, en tiempos de pandemia y aislamiento.
Las formas de expresión creativas siempre han encontrado una manera original de narrar momentos dramáticos o cruciales de la historia. Desde sus inicios, el arte ha respondido de forma ágil a esos acontecimientos significativos, y el gremio artístico ha fungido como su testigo y narrador. La actual pandemia y las cuarentenas alrededor del mundo no han sido la excepción: han visto el surgimiento de múltiples lecturas y ejercicios artísticos de todo tipo (como estos ejercicios epistolares para estar juntos a la distancia).
Zine
Un ejemplo de dichas voces son los proyectos editoriales llamados zines, publicaciones independientes de manufactura casera: fotocopias y grapas, tirajes cortos y distribución de mano en mano. Originales y encantadores, han tenido el poder de capturar lo efímero de la cotidianidad y, al mismo tiempo, transmitir puntos de vista particulares proyectados desde la colectividad. Desde su aparición en la década de 1930, se convirtieron en codiciados objetos de colección, tanto por la originalidad de su estética, como por el contenido de sus páginas. Los zines son publicaciones hechas por el placer de hacerlas.
La era digital resultó una gran oportunidad para estas publicaciones, al funcionar como el soporte ideal para artistas, colectivos y editores independientes, además de dar pie a un infinito número de proyectos, ilimitadas posibilidades y, por supuesto, una distribución inmejorable.
Quaranzine
En los últimos meses, a partir del inicio de las cuarentenas, ha surgido un gran número de publicaciones producidas desde el encierro, voces que hablan a la distancia acerca de lo que nos acontece a nivel colectivo, a nivel global. Se llaman quaranzines y son inteligentes expresiones artísticas que pueden ser leídas en línea o (para los puristas) descargadas para su impresión.
Con la pandemia como tema central, estos generosos gestos editoriales tienen diversos objetivos: algunos informan y brindan apoyo al lector sobre temas relacionados a la pandemia, como es el caso del Staying at home (Permaneciendo en casa) de Katherine Liu —publicación que describe la ansiedad producida por el encierro y que, a la vez, propone posibles soluciones para hacer frente a dicho sentimiento.
Otro ejemplo es el de los artistas activistas Yessi & N que, a partir de sus ilustraciones, producen un zine que guía paso a paso la confección casera de tapabocas en su All we have is each other(Todo lo que tenemos es uno al otro). Al mismo tiempo, este proyecto instruye sobre la importancia de usar de manera correcta estos objetos que rápidamente se han vuelto parte de nuestra cotidianidad.
Las publicaciones desde el confinamiento podría funcionar como bitácoras sobre los días de encierro e incertidumbre que vivimos, generando una especie de puente de comprensión colectiva. Es el caso del Quarantine Diary(Diario de cuarentena)de Yuko Weiner, un divertido juego tipo bingo con cosas que hacer durante la cuarentena, o el Stay Home Diary(Diario de quedarse en casa)de Bitter Melon, que publica diariamente colaboraciones y reflexiones pandémicas de diversos autores y artistas asiáticos.
Parsley Sage Rosemary & Quarantine (Perejil, salvia, romero y cuarentena) propone el autocuidado a través de la alimentación, al compartir recetas de cocina. En su creación participan una veintena de artistas ilustradores; cada uno da una colorida visión a las instrucciones detalladas de preparación.
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Los temas que podrían abordarse en torno a la pandemia son inagotables. Este suceso histórico ha visto nacer centenas de propuestas editoriales que existen como respuesta (y antídoto) para los extraños tiempos que vivimos. Estas iniciativas pandémicas hacen evidente el poder del arte en momentos difíciles, al ayudarnos a salir a flote, a mirar el horizonte y entender que este mundo compartido es deslumbrante y que tiempos mejores se acercan.