Ritmos de vida: el ciclo del flamenco en Yucatán
por: David Alonzo Parra
18 | 12 | 2024
Cada diciembre, los flamencos de Yucatán inician sus rituales de cortejo. A medida que avanza el año hacia la temporada de secas, buscan humedales óptimos para construir sus nidos, enfrentando desafíos como los niveles de agua y los depredadores. Durante la temporada de lluvias, incuban un huevo y cuidan a su polluelo. Tres meses después, emprenden sus primeros vuelos hacia nuevos humedales, revelando su extraordinaria capacidad de desplazamiento incluso hacia otros países como Cuba y Estados Unidos (Florida).
En diciembre, la península de Yucatán se encuentra en la temporada de "nortes", cuando las temperaturas oscilan entre los 20 y 29 °C debido a la llegada de frentes fríos. Estas condiciones son ideales para que los flamencos inicien sus "rituales reproductivos", conocidos como cortejos. Durante estos rituales, los flamencos se desplazan en grupos, realizan vistosas marchas y cambian de dirección coordinadamente.
Preparación para un nuevo año
A medida que avanza el año hacia la temporada seca (marzo-mayo), las conductas de cortejo se vuelven más complejas. Pueden congregar desde decenas hasta cientos de individuos que despliegan atractivas posturas sincronizadas, abriendo completamente las alas, estirando los cuellos y moviendo la cabeza de un lado a otro. Estos comportamientos permiten a los flamencos evaluar las habilidades y cualidades competitivas de sus posibles parejas.
El cortejo es sólo el preludio de un proceso más complejo asociado a la formación de una pareja sexual, la reproducción y la crianza de los pollos. Estos cortejos por lo general consisten en una serie de comportamientos que llevan al contacto entre los individuos y, eventualmente, a la fertilización. Es probable que el flamenco del Caribe, que habita las ciénagas y costas de Yucatán, sea monógamo serial, esto quiere decir que cambia de pareja cada temporada y forma parejas con individuos de edades similares.
Construir un hogar
Aunque el cortejo es uno de los comportamientos más fascinantes, es fundamental destacar que representa el punto de partida para implementar acciones que reduzcan las perturbaciones que afectan el inicio de este periodo reproductivo. Una vez finalizados los cortejos, los flamencos comienzan a explorar otros humedales en busca de las condiciones óptimas para construir sus nidos. Este movimiento marca el final de la formación de parejas y el comienzo de la construcción de nidos durante la época seca, cuando las temperaturas pueden alcanzar los 40 °C y los niveles de agua en los humedales pueden ser preocupantemente bajos. En este contexto, la selección de sitios de anidación se vuelve crucial para la supervivencia de la colonia reproductiva.
Para construir sus nidos, estas aves buscan áreas abiertas e inaccesibles para sus depredadores. Las fluctuaciones en el nivel del agua son esenciales para protegerse de jaguares, cocodrilos y otros depredadores; sin embargo, una inundación inusual puede devastar una colonia en su momento más vulnerable: durante la incubación y eclosión de los polluelos, un fenómeno que ocurre con regularidad en Yucatán durante la temporada de lluvias.
Los flamencos del Caribe, al igual que otras especies de flamencos, construyen sus nidos, ponen huevos e incuban de forma asincrónica. Por esta razón, en las colonias reproductivas se pueden observar tanto individuos en fase de construcción de nidos como polluelos. Estos nidos son verdaderas obras de ingeniería: tienen una forma tubular ligeramente cónica invertida, construidos de lodo y conchuela, que le proporciona excelente resistencia a la erosión del agua.
Nacidos para surcar el cielo
Generalmente, ponen un huevo al año entre abril y julio, de color blanco, que mide en promedio 88 mm de largo por 53 mm de ancho. Si el huevo se pierde, es posible que realicen una segunda puesta. La incubación dura alrededor de 29 días y es realizada por ambos padres, que se alternan en el cuidado y alimentación de los polluelos.
Durante la construcción de los nidos, las parejas exhiben ruidosas defensas por el espacio, dado que los nidos pueden concentrarse hasta cuatro por metro cuadrado. Una vez que comienza la incubación, los individuos reducen el ruido y generan un "silencio ambiental" en la colonia que se interrumpe al iniciar la eclosión y los primeros llamados de los polluelos para ser alimentados.
Después de la eclosión, los polluelos permanecen en el nido de 3 a 7 días, protegidos y alimentados por ambos padres. Aproximadamente en el décimo día, suelen salir y formar pequeños grupos acompañados por adultos que posteriormente se convertirán en las llamadas "nodrizas". Esto da lugar a las "guarderías", donde los padres alimentan a los polluelos con secreciones especiales de su tracto digestivo, llamadas "leche rojiza", espaciando los tiempos para motivarlos a buscar alimento en su entorno y explorar diferentes tipos de sustratos.
Volar para ganarse la vida
Los flamencos jóvenes, que han cambiado sus plumones blancos y esponjosos por plumajes grises y picos más curvos, comienzan a mejorar sus movimientos para caminar y correr en los sustratos lodosos. Dos meses después de la eclosión, los aleteos se vuelven más frecuentes e intensos. En esta fase, se les conoce como volantones. A los tres meses, los juveniles, acompañados por flamencos adultos, emprenden el vuelo hacia otros humedales, probablemente en busca de sitios con recursos de alimento adecuados en cantidad y tipo, así como con menor riesgo de los depredadores.
Así, en septiembre, inicia el periodo de dispersión de los individuos. Se ha registrado que los flamencos nacidos en las tierras mayas de la península de Yucatán frecuentemente migran a los humedales de Cuba y Florida, lo cual demuestra su gran capacidad de vuelo. Esto se sabe gracias a esfuerzos de rastreo de organizaciones como FlamencoLab y al trabajo documental y de difusión de La Vaca Independiente.
Los datos sobre las estimaciones poblacionales indican que, durante la fase de dispersión, más del 50% de la población se traslada a humedales ubicados fuera de la franja costera de Campeche, Yucatán y Quintana Roo. Por ello, es crucial llevar a cabo censos simultáneos en Yucatán y Cuba para comprender mejor la dinámica poblacional de esta especie.
¿Te interesa saber más de la vida de los flamingos?
Te recomendamos ver el documental Flamingos, una lección de resiliencia colectiva del mundo animal. Instinto, amor y sabiduría se entrelazan en esta travesía visual y sonora. Dirigido por el cineasta Lorenzo Hagerman con textos de la poeta Ajo en voz de Julieta Venegas, el documental tiene música original del compositor Bryce Dessner. Cactus Doc, La Vaca Independiente y el Laboratorio de Ornitología de Cornell co-produjeron el filme. Mira el tráiler.