Instituo Frecuencias

Instituto Frecuencias: un año en la península de Yucatán

17 | 02 | 2023

Jarishy Gómez nos cuenta sobre esta colaboración entre Fundación TAE y el Instituto Frecuencias, en la que los lienzos transforman a los jóvenes de la península de Yucatán.

Durante mucho tiempo, en muchas partes del mundo, se les ha dicho a los alumnos que rayar las bancas o butacas de los salones de clase está prohibido. ¿Qué pasaría si en lugar de eso se les pusiera un lienzo para que se expresen? Precisamente de esto trata el proyecto del Instituto Frecuencias, una iniciativa implementada por el artista Oscar Murillo. A un año de la colaboración de TAE-Arte en el proyecto, los resultados en las comunidades de la península de Yucatán son palpables.

Gracias a la iniciativa de Frecuencias y la participación de TAE-Arte, ha sido posible sensibilizar a los jóvenes yucatecos y campechanos sobre sus emociones y los cambios que enfrentan como adolescentes, y plasmar todo esto en un lienzo. A los jóvenes les encanta la idea de expresarse y comunicarse con el mundo. A partir de la suma de sus creaciones, el Instituto Frecuencias forma un acervo que representa las inquietudes e intereses de jóvenes de todas partes del planeta. 

Un trayecto cotidiano

Jarishy Gómez y el equipo de Fundación TAE se levantan a las cinco de la mañana cuando salen a las comunidades más lejanas que participan en el proyecto. El camino les toma tres horas y bordea por carreteras rurales de la península. Al llegar a la escuela, los alumnos las esperan para recibir la introducción del proyecto. No se hace nada sin la aprobación de docentes y padres y madres de familia. 

En la escuela, forran cada una de las bancas con engrapadoras industriales, que son muy duras. “He visto que a los maestros les gusta mucho este proyecto. En algunas ocasiones hasta nos han pedido dejar algunos lienzos para ellos. Normalmente en todas las escuelas nos invitan a comer. La verdad, esto nace de los corazones de los maestros y directores. Se aprecia demasiado y te llena de energía para continuar”, narra Jarishy. 

Al final del día, empacan y emprenden el camino de regreso a Mérida, cansadas, pero motivadas y con la música fuerte en la carretera.  

Frecuentes bondades 

Este año, una de las cosas que más ha valorado Jarishy de su participación en el programa es la manera en la que ha cambiado su visión del estado donde nació: “Lo que más me ha gustado es que me ha permitido conocer más de mi estado”. Pocas veces antes Jarishy había tenido la oportunidad de conocer las comunidades del interior de Yucatán. 

Con el proyecto de Instituto Frecuencias, ella ha logrado tener un panorama más amplio de su propia tierra, leer las similitudes y diferencias de las comunidades. “También he conocido a personas muy valiosas, como los maestros y los estudiantes. Hay algunos alumnos a los que a veces les pedimos ayuda, y tienen toda la actitud del mundo. Nos ayudan y nos van contando cosas de su vida: cuáles son sus planes a futuro, qué les gusta hacer, qué no le gusta. Hay maestros muy buena onda, muy accesibles, muy flexibles y que te cuentan muchas cosas”.

Jarishy también valora el contacto que han establecido con otros actores de la península. “Nos hemos acercado a los Telebachilleratos de Yucatán y eso ha ayudado a llevar el programa a más planteles”. También han colaborado con otras organizaciones aliadas como Fundación Haciendas del Mundo Maya, quienes les abrieron las puertas para llevar el programa a Campeche. Esto ha permitido fomentar la creatividad y la cooperación entre las autoridades escolares, las organizaciones y los jóvenes. 

Los lienzos con los que trabajan los jóvenes de Yucatán son una muestra palpable de la importancia que tiene para ellos el contacto con el arte y la creatividad. También son un testimonio de que cuando la cooperación atraviesa diversas escalas (local, regional e internacional; sociedad civil, campo del arte y ámbito público) se pueden lograr colaboraciones que transforman vidas.

Una mirada reinventada 

“Este proyecto me ha enseñado a abrir más mis horizontes, a ver más”. Jarishy considera que recorrer los caminos de su estado transportando lienzos la ha vuelto más consciente de las dinámicas que existen en cada región. Ahora se pregunta cuál es la situación del estado, qué se necesita o qué está pasando, porque muchas veces los jóvenes y la gente de la capital no tienen mucha idea de lo que está pasando en las comunidades. 

“Yo no sabía que en algunas comunidades únicamente hablan maya. Fue como un indicio para mí, porque cuando intenté hablarles, ellos me comprendían, pero no me respondían en español. Me respondían en maya y español básico. Me decían que debo aprender maya. Esta es la oportunidad”, comparte Jarishy. 

El impacto del Instituto Frecuencias va más allá de los jóvenes que tienen los lienzos en sus butacas. La dinámica que se propicia también promueve cambios en las demás personas, como los docentes y colaboradoras de Fundación TAE. Jarishy desea aprender más de sus orígenes, sus raíces y su estado. Además, está ansiosa por ver los resultados de los lienzos de los jóvenes de las comunidades. Hasta ahora, Frecuencias se ha hecho presente en 31 escuelas de Yucatán y Campeche, ha involucrado a 89 docentes y motivado a más de dos mil estudiantes para que plasmen sus sentimientos e inquietudes en un lienzo. Se trata de un camino que va del arte a la vida y de regreso. 

***

TAE-Arte agradece a las organizaciones que han hecho posible implementar este proyecto en la península de Yucatán:  Frequencies Institute, La Vaca Independiente, Baktún Pueblo Maya, galería kurimanzutto, Coordinación de Telebachilleratos Comunitarios de Yucatán, Fundación Haciendas del Mundo Maya y Private Haciendas.

 

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