Baktún: honrando la sabiduría maya
Los mayas no solo nos han regalado una herencia deslumbrante, también encarnan una cultura viva, que forma parte del tesoro de México.
A pesar de vivir en la “era de la conectividad”, paradójicamente, el distanciamiento de buena parte de la población actual antelas formas de vida de comunidades regionales, como los pueblos indígenas, es quizá mayor que nunca. Sin embargo, la diversidad cultural, simbólica, lingüística y hasta biológica de estos grupos, es un verdadero tesoro vivo, que a todos corresponde valorar y respetar.
Los mayas no son una sociedad del pasado
Muchos piensan que los mayas son historia. Pero hay que recordar que, solo en la península de Yucatán, aún hay más de 1.5 millones de personas que se consideran mayas; y ellos mantienen un estilo de vida anclado en las prácticas y cosmogonía de sus ancestros. Sus creencias y la particular relación que cultivan con el entorno y entre sí mismos, han sobrevivido a toda clase de embates a través de la historia.
Ciertamente, estos saberes y formas de estar en el mundo solicitan respeto, cuidado y visibilización para sobrevivir. Cada vez más mayas abandonan en alguna medida su esquema tradicional de vida, en muchos casos porque ya no les resulta sustentable. Dichos esquemas incluyen la milpa —lugar de cultivo, pero también de aprendizaje y vida ritual—, la lengua, la vestimenta y otras tradiciones. Por otro lado, el territorio, naturalmente selvático y rico en biodiversidad, está siendo explotado sin la mínima consideración hacia el futuro.
Baktún, un pulso para honrar y conservar la riqueza maya
Se trata de una alianza entre diversas organizaciones y personas, que busca conservar el patrimonio de las comunidades mayas. Su premisa es sencilla: incentivando la transmisión de saberes entre generaciones, se podría rescatar permanentemente la cultura maya. Como ellos lo describen: el bienestar de estos grupos reside en la protección de este patrimonio.
Sus diversos proyectos se concentran en tres líneas de acción: patrimonio cultural (tangible e intangible), patrimonio natural y economía regenerativa. Para lograr sus fines, este proyecto establece redes de trabajo con las comunidades, para así restaurar y conservar los distintos tipos de patrimonio; promueve actividades que contribuyan a una economía comunitaria; y promociona, a nivel nacional e internacional, el enorme valor de la Península de Yucatán.
Algunos proyectos de la iniciativa Baktún
La restauración del patrimonio tangible es esencial; es la mejor manera de honrar el pasado maya. Así, la iniciativa apoya a las comunidades en la revitalización de monumentos, paisaje urbano y arquitectura tradicional. Muy ligado a esto, se encuentran los proyectos de planeación urbana, que buscan mejorar los procesos de urbanización e implementar proyectos de conservación. También se generan catálogos del patrimonio, para poder tener un registro de sus necesidades de conservación.
El trabajo se hace directamente con las comunidades. Por eso, parte del proceso inicia con la formación de promotores culturales mayas, algo que contribuye a reforzar la identidad local. Además, se generan talleres comunitarios de saberes como lengua, medicina tradicional y gastronomía, entre otros. La iniciativa Baktún también promueve la economía comunitaria y la seguridad alimentaria, buscando que, con base en lo saberes locales, se aprovechen mejor los recursos y se optimicen los cultivos.
Todo esto está directamente ligado con la protección de la selva maya, la promoción de la agricultura sostenible y la existencia de corredores biológicos. Además, así como se hace un inventario del patrimonio cultural, se promueve la catalogación del patrimonio natural y agrícola. Finalmente, se promueven actividades económicas como el turismo sustentable.
Cultivar el cuidado de la sabiduría maya es un quehacer colectivo
Sin duda, mantener la diversidad de nuestro mundo y abrir los canales de comunicación a otras formas de vida es responsabilidad de todos. Cada vez son más necesarios los proyectos como la iniciativa Baktún, que nos ponen en contacto con los saberes de comunidades como las mayas de la península de Yucatán, y que también reconectan a los descendientes de estos grupos con las tradiciones de sus antepasados. En nuestro tiempo, lo que deberíamos privilegiar no es una homogeneización de los estilos de vida, sino una diversidad inagotable de recursos e inspiración para navegar la existencia.