El universo del plancton (destilado en hermosos minidocumentales)
‘Las crónicas del plancton’ es una serie documental para ver todo eso que habita las aguas y que no vemos.
El ecosistema marino es inmenso (casi infinito). En él coexisten una gran cantidad de animales y plantas con distintos destinos, roles, apariencias y tamaños. Pero de entre todas las especies que habitan el fondo del océano, vale la pena poner atención a los pequeños seres que integran lo que conocemos como plancton: una multitud de organismos que viven en suspensión, arrastrados por las corrientes marinas; individuos tan excéntricos como hermosos, que en algunas ocasiones se pueden observar a simple vista (como los ctenóforos o las medusas), y en otras son tan diminutos que para poder contemplarlos es necesario un microscopio.
Estos seres conforman un bestiario en miniatura de formas, texturas, colores y brillos bioluminiscentes. Hasta ahora, se han encontrado más de 16 mil especies y sus tamaños son tan heterogéneos como su aspecto —van desde minúsculas bacterias y algas unicelulares hasta moluscos o crustáceos de mayor tamaño; algunos viven en lo más profundo del mar, y otros, se pasean más cerca de la superficie.
La importancia del plancton
Aunque muchas de las criaturas que integran el plancton apenas pueden ser captadas por el ojo humano, su existencia es esencial para la salud del mar y, por lo tanto, del planeta entero. Gracias a ellas, se producen determinados procesos fotosintéticos necesarios para que la vida exista tal y como la conocemos. Por si fuera poco, estos organismos son los responsables de casi 90% de la producción biológica de los mares.
Plancton significa “errante”. Entre las letras de su nombre, se esconde la importancia de los individuos más pequeños de las cadenas alimenticias. A pesar de sus dimensiones, algunas de las especies que no vemos a simple vista producen el alimento necesario para que ecosistemas enteros subsistan; generan energía a través de la fotosíntesis; absorben el gas carbónico; y hasta son provisores de energía fósil.
Las crónicas del plancton
La vida del plancton está llena de poesía. Esta colección de organismos nos enseña que la naturaleza es quizá la obra de arte más perfecta. Existe un proyecto, Las crónicas del plancton, que fue creado para mostrar la espectacular vida de estos seres —una serie documental en línea que nos invita a maravillarnos ante este universo que de otra manera sería inasequible para nosotros.
Estas piezas documentales nos muestran —a través de imágenes nítidas e impresionantes que capturan la forma y el movimiento de estos organismos— la importancia de proteger todo lo que habita nuestro planeta, incluso aquello que no vemos. Ahí, en el agua salada de los mares, se encuentra el inicio más esencial de la vida.
Divididas en episodios, Las crónicas de plancton funcionan como una enciclopedia que clasifica y explica las especies y, al mismo tiempo, es una obra de arte visual en la forma de un catálogo de criaturas que despiertan nuestra sensibilidad y curiosidad: es, finalmente, una mezcla perfecta entre ciencia y arte.
Las especies más raras (y hermosas)
Navegar por Las crónicas del plancton es equiparable a ponernos un traje de buzo y visitar el fondo del océano, atestiguar los extraños seres que habitan las profundidades del mar y que son casi inconcebibles para nuestra imaginación: animales con ocho bocas que se mueven en círculos, seres que brillan de maneras insospechadas, algas con formas excéntricas conviven y se desplazan como si fueran parte de una danza y dibujan el horizonte marítimo de colores que fuera del mar no existen.
Con esto en mente, hemos escogido algunas de esas especies impensables, que aparecen en episodios de este generoso documental.
Este segmento habla sobre las pequeñas y púrpuras medusas que son parte del plancton. Sus tentáculos brillan de noche y estos seres son capaces de quemar a otros si se sienten amenazados. Estos individuos expulsan miles de huevos que se convierten en embriones alargados que, con el paso de los días, adquieren una especie de sombrero que tiene una boca y ocho lóbulos.
Phronima se refiere a un tipo de crustáceo raro en su tipo, capaz de construir su propio hogar (una concha); y proteger y alimentar a sus pequeñas larvas. Lo que más ha llamado la atención de esta extraña especie parecida a un alacrán es que corta a su presa (una medusa, por ejemplo), come una parte de ella y recicla el resto para que se convierta en alimento para peces.
He aquí un animal que parece una pieza de arte multicolor: su piel es un cúmulo de prismas resplandecientes que generan arcoíris. A pesar de sus tentáculos y su piel luminosa, estos animales no son medusas, son más bien individuos carnívoros —que pueden comer especies más robustas que ellos—, un tipo de plancton largo cuyo organismo funciona gracias a ocho filas de peines constituidos por miles de silos.