Construir comunidad: Mediadores y promotores culturales

20 | 10 | 2021

El último encuentro de Baktún con la nueva generación de mediadores sirvió para seguir trazando el camino en la implementación de una comunidad de aprendizaje.

El pasado viernes 17 de septiembre, los mediadores de la Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo (UIMQROO) se reunieron con líderes de Iniciativa Baktún en la segunda sesión del primer módulo de este programa bienal de liderazgo juvenil. Esta vez, los mediadores generaron nuevas herramientas para conformar y liderar grupos de promotores culturales, se familiarizaron con los conceptos clave que les ayudarán en sus procesos de implementación, vivieron una sesión dia modelada por uno de los líderes de Baktúny experimentaron un simulacro de crisis.

Implementación: formación de grupos

El Programa de jóvenes a jóvenes de Baktún busca crear redes de cooperación y liderazgo juveniles, pero también brindarles a los participantes una serie de habilidades que contribuirán a su desarrollo humano y les permitirán gestionar proyectos para el rescate de las riquezas bioculturales de sus regiones. Para adquirir estos saberes, en el siguiente par de años los mediadores deberán asistir puntualmente a los cursos de formación, facilitar sesiones dia, concebir y echar a andar proyectos comunitarios, participar en encuentros y tanto integrar como mentorear grupos de promotores. En este primer módulo del curso, los mediadores han comenzado a cumplir especialmente con la última tarea.

La sesión del 17 de septiembre sirvió, entre otras cosas, para que los jóvenes recapitularan los aprendizajes que han amasado desde el inicio de esta aventura y conocieran el proceso que deben seguir para la implementación de sus grupos de promotores —es decir, de jóvenes de 14 a 18 años que cursen estudios a nivel medio superior o que se reúnan para realizar una actividad recreativa como jugar futbol, practicar jarana o componer música; que radiquen en la misma comunidad que el mediador; y que se comprometan a completar el trayecto, tras el cual obtendrán un reconocimiento. Este proceso consta de cuatro etapas:

  • Identificación: lo primero que deben hacer los mediadores es reconocer espacios donde se reúnan muchachos con las características enumeradas, como escuelas, talleres o centros deportivos.
  • Presentación: en seguida, deben agendar una cita con ellos para presentarles el programa e invitarlos a participar.
  • Vinculación: si para lograr su cometido han visitado un centro de enseñanza, deben establecer un vínculo formal con las autoridades del plantel para la implementación del curso.
  • Formación: al final, deben acordar con el grupo recién formado los horarios para sus reuniones y un plan de trabajo.

Conocerte, conocernos, conocerme

Para inspirar a los mediadores y mostrarles los elementos que deberán tomar en cuenta para desempeñar esta labor integradora, los líderes de Baktún modelaron una sesión dia después de la explicación general de las características que deben cumplir sus grupos de promotores.El eje temático fue el autoconocimiento, y en ella los mediadores practicaron habilidades como la escucha activa, la solidaridad y la asertividad mientras repasaron el programa que implementarán con sus promotores.

Tras el cierre de la sesión, los jóvenes reflexionaron sobre la escucha activa, y llegaron a la conclusión de que se trata de un proceso que nos permite captar de forma atenta, interesada, empática y comprometida lo que nuestros interlocutores dicen, sin emitir ninguna clase de juicio. Tiburcia Cach recordó además que la escucha activa requiere de una interacción dinámica con otras personas, pero también con el mismo mensaje; por su parte, Rommel Poot resaltó que se trata de un “nivel más alto y consciente” de la sensibilidad auditiva.

A fin de llevar a la práctica estas reflexiones e indagar sobre el concepto del autoconocimiento, los mediadores se reunieron en parejas para descubrirse mutuamente: por turnos, cada participante habló de sí mismo mientras su compañero lo escuchó en silencio. Juan Ángel Chacón comentó, por ejemplo, que a él gusta la poesía y la cocina, hace rap, le va a las Chivas y es una persona insegura, pero expresiva y sincera.

Para cerrar este ejercicio, los mediadores crearon autorretratos alegóricos usando la técnica del collage y además reflexionaron sobre el meollo de la sesión: ¿en qué nos ayuda conocernos a nosotros mismos? Estas fueron algunas de las consideraciones:

  • Ylce Urich: “Nos fortalece”.
  • Gloria Villanueva: “Nos permite crecer”.
  • Andrea Contreras Flores: “Es un camino”.
  • Petatillo Balam: “Es un apoyo”.
  • Rosy Nahuat: “Nos da confianza”.

El rol del mediador y mentor

En seguida, los líderes de Baktún les explicaron a los muchachos qué significa ser un mentor y cómo se relaciona este rol con el trabajo de un mediador cultural. Expusieron que, en principio, un mentor es una persona que le ayuda a otra con menos experiencia en un ámbito común a desarrollar sus competencias y, en el contexto del programa, realiza las siguientes tareas:

  • Consolidar una comunidad de aprendizaje.
  • Acompañar el proceso de aprendizaje de los promotores siguiendo los principios de la mediación.
  • Inspirar acciones colectivas.
  • Compartir experiencias de éxito.
  • Generar confianza y compromiso.
  • Fortalecer la empatía, la escucha activa, la asertividad y la capacidad de retroalimentación para estimular el aprendizaje continuo.
  • Acompañar a los promotores en momentos de crisis.

Para ilustrar la actitud que deben tomar frente a su grupo al cumplir con estos objetivos, Juan Gómez —uno de los mediadores de la UIMQROO— y Angélica Montes —analista educativa y líder de Baktún— representaron frente al resto de los participantes un simulacro de crisis.

En esta puesta en escena, el mediador Tony aborda a Angie —miembro de su equipo de promotores que ha mostrado poco interés por las sesiones, no ha cumplido con sus tareas y ha llegado a sugerir que no tardará mucho en renunciar al equipo— para preguntarle cómo se siente. Ella confiesa que está abrumada porque no ha podido cumplir con los retos semanales, sus tareas y los quehaceres domésticos. Tony le propone cambiar los horarios de los encuentros con el equipo y le confiesa que él vivió una situación similar en la universidad, pero que el apoyo de una profesora lo disuadió de renunciar a un curso tan demandante como crítico. Finalmente, le recuerda que ella aún puede decidir si se queda, pero también que, al margen de su decisión, siempre podrá contar con su apoyo: Angie le responde que entregará sus pendientes en una semana.

El viaje apenas comienza

El primer módulo del programa constará de seis sesiones quincenales en las que explorarán temas como el bienestar personal, las emociones, la cultura, el entorno y la conciencia social. Entre las sesiones, los mediadores deberán cumplir seis retos con su grupo de promotores, y a cambio recibirán medallas digitales llamadas “cacaos” que podrán intercambiar por insignias de recompensa. En este ciclo, habrá tres insignias: Alux (espíritu del monte), Wáay (espíritu acompañante) y Balam (espíritu guardián). Como esta, las siguientes sesiones se estructurarán en un modelo tripartito: en cada una los mediadores conocerán un nuevo aspecto de la mediación y su aplicación efectiva, y adquirirán herramientas que les ayudarán a sortear dificultades prácticas del proceso de implementación.

Para cerrar esta sesión, los jóvenes compartieron la enseñanza más significativa que recibieron de la jornada; la mayoría de las respuestas coincidieron en que la inspiración, el conocimiento, la claridad, la motivación, la confianza, un entusiasmo renovado y, sobre todo, el convencimiento de que este programa será un oportunidad inmejorable para urdir vínculos con otros jóvenes preocupados por el desarrollo biocultural maya, fueron las lecciones más estimables del encuentro.

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